TALLER DE TEATRO TERAPÉUTICO «ESPEJITO, ESPEJITO»

Sábado 19 de Octubre de 10:15 a 20:15h (con espacio para comer) y Domingo 20 de Octubre de 10:15h a 14:15h

Espejito, Espejito

Una reveladora dinámica de observar y comprender la verdadera Magia: “La Vida Sucediendo”.

La ley del espejo afirma: “El mundo exterior actúa como un espejo, reflejando tanto nuestra luz como nuestra sombra, siendo un retrato de nuestro mundo interior».

En nuestra vida hay sol y sombra. Habitualmente no experimentamos un estado de continuo equilibrio en nuestras situaciones de vida. Nos sentimos balanceados como un junco en el viento de fases de alegría a fases de frustración, sin darnos cuenta siquiera de los momentos decisivos, en los cuales nuestra energía cambia de un extremo a otro. Es muy difícil, al parecer, mantenernos en el centro. Algo nos saca de los momentos agradables para volver a meternos en el agujero y cuando ya estamos metidos, es muy difícil salir de éste.

Eso es bueno, ya que, siendo así, nos da la oportunidad de saborear la vida e ir explorando tanto el supuesto lado positivo como el negativo. Necesitamos de los dos lados, porque sólo en la fricción entre los extremos yace la latente posibilidad de la transformación. De ahí que sea muy importante enfrentarnos a lo que llamamos “lo negativo”, no con la intención de luchar contra ello, sino con la de usar su presencia para elevar la comprensión a niveles cada vez más altos, cumpliendo así con el propósito de nuestra existencia terrenal.

Tenemos la tendencia a querer atraer y mantener los momentos de vida que nos parecen agradables, mientras intentamos alejar, y mantener alejado, todo lo que nos molesta. Eso tiene unas consecuencias fatales, pues lo que no queremos ver o aceptar no desaparece automáticamente. Se ha presentado porque necesita ser vivido y experimentado. Si nos negamos a esa experiencia, significarà arrastrarla a un lugar oscuro que, a pesar de todo, seguirà estando conectado con nosotros, pero ahora a un nivel inconsciente. No es posible negarnos a vivir lo que la existencia nos presenta. Hay un propósito en cada situación de vida, independientemente de si yo la considero positiva o negativa.

Tenemos, por supuesto, el libre albedrío de decidir en cada momento hacia dónde nos dirigimos, pero esto no es lo mismo que lo aquí expuesto. Aquí se trata de excluir de forma reiterada ciertas experiencias de tu vida que necesitan ser vividas.

Todo lo que guardamos  en la oscuridad sigue actuando desde ahí, con la diferencia  de que ahora se ha hecho  inconsciente  y provoca que todas nuestras acciones sean automáticas y que, normalmente, ya no seamos capaces de reconocerlas como tales. Engloba todo lo que hemos rechazado, aunque se haya  presentado una y otra vez, insistiendo en que lo viviéramos.

La sombra es un fenómeno oscuro porque nosotros hemos elegido que sea así. Nos había parecido más fácil, en su tiempo, no mirar en vez de enfrentarnos a una situación supuestamente difícil. Sin embargo, con el tiempo las cosas se van acumulando en el desván y el desorden toma las riendas de  nuestra conciencia. La sombra habita en el inconsciente y se manifiesta como Ego.

El espejo, que está siempre presente hagas lo que hagas o mires donde mires, refleja tus creencias, tus distorsiones, tu comportamiento y tus pequeñas tretas. Así que no tienes más que observar tu vida para descifrar los mensajes que te envía. Procura ser consciente en todo momento de la dinámica del espejo, porque te facilitará una información preciosa sobre quién eres.

Cada situación concreta es portadora de un mensaje del espejo. Tienes que observar y aprender a descifrar lo que refleja una persona, un acontecimiento o una situación embarazosa, La experiencia resulta muy enriquecedora.

¿Quién vive al otro lado del Espejo?

Todo espejo no solo refleja nuestra realidad más inmediata, sino que también lo limita aunque nos de la ilusión de ampliar nuestro propio espacio. Y en esa ilusión solemos dar vueltas sobre nuestra realidad reflejada sin traspasar el límite de sus barreras, con independencia que dicho espacio sea más o menos holgado, condicionados por un determinismo ambiental concreto (socio-cultural) que prefigura nuestra percepción psicológica en relación a nosotros mismos y frente al mundo. Y sin percatarnos que, al otro lado del espejo, existen otras realidades diferentes a las nuestras.

Pero a veces, algunas personas encuentran un paso interdimensional a través del espejo, como la madriguera del conejo en Alicia en el País de las Maravillas, que les permite traspasar de su realidad a otra nueva por descubrir. Una puerta interdimensional que a veces se haya por azar y otras como fruto de una búsqueda concienzuda, a veces temporal y otras permanente, pero que una vez encontrado el paso hacia esa otra realidad -siempre emocionalmente mejor que la de origen-, todo el mundo se resiste a regresar al otro lado del espejo del que proviene. De hecho, cuando más tiempo permanece una persona en la nueva realidad tras el espejo que le separa de su propia realidad, más le invade la emoción del miedo por regresar, aunque no sea consciente de ello. Emoción primaria que determinará sus pensamientos y éstos, por causalidad, sus actos consiguientes por intentar convertirse en miembro de pleno derecho del nuevo dorado.

Pero lo relevante ya no es que podamos transitar de un lado a otro del espejo pasando de una realidad real a otra ficticia y viceversa a antojo, sino que la dimensión irreal que hemos creado como especie está influenciando en un punto de no retorno a nuestra dimensión real. En otras palabras, lo irreal o virtual está condicionando y dando forma a lo real, redefiniendo así el concepto clásico que teníamos sobre la realidad.

¿Quién no quiere vivir el sueño de una nueva y maravillosa vida sin despertarse?. Pues, como sabiamente cantó el poeta Calderón de la Barca: “¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.” “A reinar, fortuna, vamos; no me despiertes, si duermo; y si es verdad, no me duermas.”

Imparte: Ció Sagristà

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