¿Qué es Gestalt?
La terapia gestalt es una terapia psicológica enmarcada dentro de lo que se ha llamado la tercera vía o psicología humanista. Gestalt no es psicoanálisis, no es conductismo ni es psicología clínica, sino fenomenológica. No hay un protocolo en el que se recogen datos y se interpretan para llegar a un diagnóstico y un tratamiento, sino que se trata más bien de hacer camino al andar, andar con conciencia para aprender a caminar solo y poder así relacionarse con mayor autenticidad y responsabilidad y aprender a distinguir y a satisfacer las propias necesidades. La terapia Gestalt confía en el potencial de la persona para moverse en dirección hacia la salud que es entendida como la capacidad de poner más luz, de ser más conscientes, respetuosos y responsables con uno mismo y en la relación con los demás.
¿En qué consiste una sesión?
Las sesiones tienen una duración aproximada de una hora. Inicialmente se establece un diálogo para descubrir qué le pasa al cliente y qué necesita o quiere conseguir. A partir de ahí se inicia una exploración que implica lo cognitivo pero también lo emocional y lo sensorial y que tiene lugar a partir de la propia relacíón terapéutica. El terapeuta escucha y se implica también con todo su ser en una actitud de darse cuenta permanente. El objetivo es darse cuenta de en qué medida lo que ocurre es consecuencia de mi propio pensar, sentir y hacer y en qué medida yo puedo cambiar eso a través del darme cuenta, la autorresponsabilidad y el autoapoyo.
Beneficios de esta terapia:
- Permite conocerse a uno mismo de un modo que implica la totalidad, más allá de la simple especulación mental.
- Permite descubrir bloqueos y dar espacio a la autoexpresión.
- Permite aprender a transitar emociones.
- Pone al descubierto patrones rígidos de funcionamiento y creencias limitantes.
- Acompaña y ayuda en el tránsito de experiencias difíciles y dolorosas.
- Desarrolla la creatividad.
- Enseña a relacionarse de manera auténtica, desde una escucha que va más allá de las palabras y desde el respeto por el sentir y por la voluntad propia y ajena.
- Permite aprender y practicar el estar aquí y ahora, con uno mismo y ante los demás.
- Permite reconocer y aceptar límites propios y ajenos.
- Ayuda a distinguir entre lo que uno cree que necesita y lo que realmente necesita.
- Ayuda a integrar vivencias y partes rechazadas de uno mismo y a descubrirlas en su intención positiva.
- Devuelve a la persona las riendas de su vida, en la medida que la ayuda a tomar conciencia de cómo está y qué le está pasando.
¿Cuál es el papel del terapeuta?
El terapeuta es una especie de sherpa que me acompaña en mi viaje interior, es alguien que sabe más que yo de este tipo de viajes, que ha hecho el suyo propio, que ha acompañado a más personas, y que va conmigo en la exploración de un territorio que soy yo mismo. No se colocará detrás de un despacho sino que se moverá conmigo. A veces a mi lado, a veces detrás y otras frente a mí, ni me empuja ni me retiene, me respeta y me acompaña, sin juicios, sin etiquetas, sin consejos ni imposiciones. Me ayuda a tomar conciencia, a mirar más allá de lo de siempre, a descubrirme, a atenderme, a respetarme en toda mi integridad.
Establecemos una relación basada en la autenticidad, donde tanto él como yo estamos presentes. Yo puedo decir no, sí, espera… y él o ella también. En el camino, el o la terapeuta también me irá descubriendo, tanto en mi autenticidad como en mis automatismos y manipulación. Y él también se irá desplegando ante mí. Descubriré cuánta energía pierdo en intentar obtener amor haciendo yo qué sé cuántas cosas o mostrándome no sé como. Encontraré mucho apoyo y acompañamiento pero también me señalará y confrontará en lo que sienta que no estoy siendo auténtico.
– ¿Cuál es el papel del cliente?
Preferimos hablar de clientes más que de pacientes. El paciente espera que le resuelvan algo, mientras que el cliente, en cambio, es alguien activo, que se pone manos a la obra y que tiene su propio ritmo y su propia necesidad distinta de la de cualquier otro. Un paciente va a terapia esperando encontrarse con una especie de médico que recoja información, lo explore, le haga un diagnóstico y le ponga un tratamiento o prescripción que le cure. El cliente en cambio se reconoce en un sufrimiento, en una molestia o un malestar, o simplemente sospecha que algo no va bien, se siente insatisfecho o le pica la curiosidad. Y a partir de ahí busca ayuda, busca a alguien que le permita reconocer mejor qué le está pasando.
Modalidades del trabajo terapéutico:
a) Gestalt individual:
Reuniones continuadas o puntuales de un terapeuta y un cliente para trabajar un tema no resuelto.
b) Gestalt de parejas:
Trabajo específico para los conflictos o dificultades entre dos personas, habitualmente parejas.
c) Gestalt grupal:
Terapia de grupo:
Varias personas se reúnen para trabajos individuales que implican a todo el grupo. Cada persona solicita trabajar un aspecto concreto de su elección. El grupo colabora en el trabajo terapéutico a petición del terapeuta.
Grupos de autoconocimiento y crecimiento personal:
Reuniones periódicas de continuidad de varias personas y el terapeuta con el objetivo de descubrirse a través de una serie de dinámicas propuestas por el terapeuta a través de la recogida y trabajo posterior de aquello que se moviliza en cada integrante del grupo.
Grupo de autoconocimiento a través del Eneagrama:
Reuniones periódicas de continuidad para descubrir nuestro estilo de personalidad -entendida como la manera cómo me veo a mí mismo, a los demás y cómo entiendo el mundo- a través del mapa del carácter conocido como Eneagrama.
d) Talleres específicos:
Reuniones puntuales para enfocar aspectos concretos, por ejemplo, aprender a trabajar con los sueños, cómo enfocar los conflictos… Etcéteras.